Utilizar audiovisuales en clase no es algo trivial. Debe planificarse su uso y estudiar su impacto. En mis clases he utilizado vídeos en estas circunstancias y con los siguientes objetivos:
Introducción de la clase:
Con un vídeo corto que introduzca el tema de la clase. En mi caso he utilizado algunas veces vídeos de dibujos animados para adultos donde se mencionaba algo relacionado con la clase, como una forma de romper el hielo y acercar el tema a los alumnos.
A veces se muestran muy reticentes a los nuevos conceptos ya que no se creen capaces de entender nada que nunca hayan visto, pero de esta forma ven que no debe ser tan difícil.
Sobre todo en las enseñanzas profesionales, donde se corta la linealidad entre cursos de las enseñanzas obligatorias (lengua es lengua aunque se vaya complicando con los cursos) y todo es nuevo para ellos.
Fijar conceptos:
Los alumnos actualmente están más acostumbrados a youtube y la televisión a que alguien les cuente una historia. Por lo que utilizaba programas divulgativos de televisión para reforzar los conceptos trabajados en clase y en las prácticas.
Creando sus propios vídeos:
Se trata de que ellos mismos graben un vídeo (puede ser con sus propios móviles) sobre lo que han aprendido en clase.
En mi caso podría ser cómo desmontar un ordenador. No he podido llevar a cabo esta actividad por falta de medios y la prohibición del uso de móviles en el aula, pero me parece una gran actividad ya que les obliga a entender lo que hacen para poder explicarlo, además de hacerlo para mostrarlo.
Crear actitud crítica y promover la curiosidad:
Hay que reconocer que ciertas horas de clase no son aprovechables en términos estrictos de clase. En mi opinión, en lugar de pretender forzar las máquinas dando una clase de la que no sacarán nada los alumnos y tú como profesor solo te agotarás, es una buena idea tener algunas películas o capítulos de series que puedan ser vistos en esa clase.
Los alumnos agradecerán el tiempo de «ocio» pero tú debes elegir bien el material para picar sus curiosidades y aportarles algo. En mi caso, con los alumnos de PCPI tenía 4 horas de clase los viernes, negociaba con ellos el terminar unos contenidos y una prácticas durante el tiempo que necesitáramos y después empleábamos el restante en ver películas o series.
Los temas iban desde la informática a temas tratados en clases de ciencias e historia. Después surgían preguntas que planteaban en clase y a sus compañeros. Por ejemplo, con la película «Edison y Einstein» preguntaron a la profesora de ciencias las leyes de la relatividad y a la profesora de historia por la 2ª Guerra Mundial.
La idea no es entretenernos, es que mostrándoles una realidad se hagan preguntas, fomentar la curiosidad y acercarles a su futura profesión.
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